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La Era de la Adolescencia: Parte II


En la primera parte, se discutió como los niños parecen crecer y entrar a la fase de adolescencia más temprano por presión de los medios de comunicación y del mercantilismo, más eso no implica necesariamente una maduración  más temprana, en todo caso, pareciera ser lo contrario al llegar a cierta edad pasados los 18 años.

La adolescencia extiende sus años no solo al madrugar, sino al quedarse más tiempo de lo que en otras generaciones hacía, en pocas palabras: pareciera que dejamos de ser adolescentes cada vez más tarde.

Claro esta, en las culturas latinas, a diferencia de digamos, las culturas sajones, no parece haber el estigma tan fuerte de estar entrado en tus veinte y aun depender de un modo u otro de tus padres, más con un poder adquisitivo más amplio de las clases medias y educadas latinoamericanas, parece ser que no tenemos excusa: antes era cuestión de no tener dinero para ser autónomos, y en buena medida, seguimos sin estar de todo bien, pero para muchos de nosotros que tenemos acceso a Internet, a una alimentación garantizada y a servicios básicos que para nuestros padres y abuelos eran lujos, la excusa parece ser otra.

Vivimos en una era de hedonismo.

El ocio y el entretenimiento se fueron a las nubes en las ultimas décadas: en otras eras, consistían en el cine, el teatro y la literatura, y poco a poco se fueron añadiendo más cosas: la televisión, primero de libre, y luego con sistemas de cable, la renta de videos, los videojuegos, el Internet, y un sin fin de gadgets (reproductores de mp3, tabletas digitales, laptops, consolas portátiles, etc...) que parecen ser más básicos para mi generación que el primero pago de una casa.

Escuchar nuestra música favorita o ver aquel show que tanto nos gusta es tan fácil como tener una conexión a la web y una terminal, lo cuál nos deja con esta pregunta: ¿El ocio nos quita tiempo que deberíamos usar en otros asuntos más prioritarios? 

Pareciera ser que no tenemos reparo alguno en sacrificar el bien a largo plazo por un par de lujos momentaneos al día, y no lo critico: Dios sabe que yo no podría vivir sin Internet, sin mi música portatíl y mis ediciones especiales de DVD de series canceladas tras una temporada que solo yo parezco conocer...

Y luego tenemos el factor nostalgia: para todas las generaciones, recordar ciertas cosas de sus infancias es reconfortante, y hermoso, para que negarlo, pero nosotros tenemos una ENORME ventaja ¿Queremos recordar tal serie de dibujos animados? Busquemosla en Google, y a nuestra disposición están sitios de fans, descargas digitales, videos subidos a Youtube, guías de episodios, fanarts, fanfics, mercancía de colección y demás frenesí: podemos recordar más...y lo hacemos.

Lo que para otras generaciones era un recuerdo ocasional y esporádico, para nosotros, se nos puede convertir en obsesión: me he visto buscando y rebuscando en sitios de mp3 y de cartoons viejos la canción "Run With Us", el tema de la caricatura canadiense "The Racoons"...perdí el tiempo con la tonada de una serie animada infantil sobre mapaches...hace veinte años, hubiera pasado a otra cosa después de dos minutos de memorias de la niñez...



...pero ¿Es esto signo de inmadurez? No en realidad, al menos, no por ahora.

Nuestra vida esta garantizada en muchos aspectos del día al día: el techo, la alimentación y la educación; no es perfecta, caramba, LEJOS DE ELLO, pero en el contexto de la historia de la humanidad, estamos en una era de oro: vivimos más que nunca, y a pesar de los problemas de salud que vienen con la edad, vivimos y seguiremos viviendo mejor.

En otros tiempos, esperar que una joven estuviera casada a los 14 y con niños a los 15 era normal porque, en realidad ¿Cuanta vida quedaba después de ello? Pocos llegaban a los 40, y a veces, NI ESO, así que las expectativas de lo que era madurar a ciertas edades eran otras, pero hoy en día podemos llegar a los 70, 80, o más: es como si los 25 se convirtieron en los nuevos 15, y si vivimos más, podemos postergar ciertas cosas, entre ellas, la independencia, y entregarnos a pasiones y gustos un poco infantiles para algunos, pero que nos dan una sonrisa en el rostro, aunque sea por poco tiempo.

La adolescencia no nos deja, o quizás, nosotros no dejamos la adolescencia, porque no podemos vivir bajo expectativas que están fuera de contacto con la realidad: casarnos a los 20 parece risible para muchos porque, sin duda, llegaríamos aun prematuro divorcio, y tener hijos a los 25 también lo es, porque para muchos APENAS se esta empezando a ganar un dinero que podríamos llamar "considerable", y se busca gastarlo en cosas materiales que no tuvimos en otros momentos de la vida.

Y tampoco podemos fingir que es una moda, porque seamos sinceros: el tiempo para el ocio solo aumentará, al igual que nuestras vidas ¿Qué tanto alargaremos las modas y actitudes adolescentes? ¿Serán acaso los 30 los nuevos 18 alguna vez? Y lo más importante de todo...¿Sería tan malo?

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